Comedia romántica con toques de melodrama que, he de reconocer, comencé a ver solo porque su actriz protagonista es Son Ye-jin (“Crash Landing on You” (2019-2020)), una de las grandes estrellas Hallyu 1 y mi actriz preferida después de Han Hyo-joo. No obstante, detrás de su apariencia amable y cursilona, este k-drama nos muestra algunos aspectos interesantes de la sociedad de Corea del Sur, y me temo que no muy buenos. A pesar de que la economía surcoreana está más desarrollada que la española o la italiana 2, su sociedad es aún ciertamente machista y clasista. Por un lado, si una mujer de treintena y pico años no está ya casada o al menos comprometida, tiene un verdadero problema, por lo que sus padres intentarán buscarle un buen marido a toda costa a través de incontables citas a ciegas. Pero, ¿qué es un buen marido? Lo que en tiempos rancios nosotros llamábamos “ser un buen partido”: que provenga de una familia acomodada, que sea médico, abogado o economista y que haya estudiado en una buena universidad (si lo ha hecho en la Universidad Nacional de Seúl, donde solo son admitidos los primeros de la clase, ya es la leche). Además, no está muy bien visto que una mujer tenga un novio más joven que ella (mi mujer, surcoreana, es 6 años más joven que yo, pero juro que es pura casualidad). Por otro lado, el acoso sexual, especialmente en el entorno laboral, no es infrecuente, facilitado en gran medida por las hoesik, cenas improvisadas después del trabajo (pero obligatorias, pues las convoca el jefe) que suelen acabar en borrachera colectiva por la ingesta masiva de chupitos de soju (el licor tradicional coreano, de unos 20 grados). La borrachera es a menudo inevitable porque, en la cultura coreana, los compañeros se sirven alcohol recíprocamente y es una falta de educación decir que no. Por lo tanto, no es casualidad que una de las canciones que componen la banda sonora empiece diciendo “Sometimes it’s hard to be a woman…”
La serie narra el difícil romance entre Yoon Jin-a, una mujer soltera de 35 años que trabaja como supervisora de franquicias de Coffee Bay (una conocida compañía surcoreana en la realidad 3 ), y Seo Joon-hui, el hermano menor de su mejor amiga y el mejor amigo de su hermano pequeño, que “solo” tiene 31 años y es diseñador gráfico en una empresa de videojuegos. La historia comienza cuando el novio de Jin-a, un hombre de familia rica y, cómo no, abogado graduado por la Universidad Nacional de Seúl, rompe con ella y luego Jin-a descubre que le ha estado siendo infiel con una jovencita. Aunque luego el exnovio intenta obsesivamente volver con ella –se trata de esos hombres que, por su situación privilegiada, se creen con derecho a disponer de las mujeres a su antojo- Jin-a se reencuentra con Joon-hui, al que conoce desde la infancia pero que acaba de volver a Corea tras trabajar 3 años en Estados Unidos. Joon-hui, para el que la edad es solo un número, es un chico alegre y extremadamente fiel y protector, por lo que Jin-a pronto sucumbirá a sus encantos. No obstante, la relación entre Jin-a y Joon-hui es especialmente complicada porque Joon-hui y su hermana crecieron sin padres, y los padres de Jin-a siempre los han tratado como si fueran sus propios hijos, dotando a la relación de un carácter algo “incestuoso”. Pero, más allá de esto y de la inicial incomodidad de sus respectivos hermanos (algo así como “de todos los hombres del mundo, ¿por qué te has tenido que enamorar de mi hermano pequeño?”), el principal obstáculo es la madre de Jin-a, una mujer extremadamente clasista (hacía tiempo que no encontraba un personaje tan odioso, que raya lo grotesco) que hará todo lo posible para sabotear la relación porque Joon-hui no proviene de una buena familia (tras la muerte de su madre, su padre les abandonó, por lo que su hermana mayor tuvo que dejar los estudios para trabajar y cuidar de él) y no es, por tanto, “un buen partido”. La otra más que interesante trama es la lucha de las mujeres de la compañía, especialmente Jin-a, por denunciar el acoso sexual al que se ven sometidas por parte de algunos de sus jefes, a pesar del miedo a que hacerlo público perjudique su carrera profesional o incluso sean despedidas: hasta hace poco, el acoso era un tema tabú pero considerado normal en la cultura corporativa de Corea del Sur. Por último, cabe destacar la gran actuación de Son Ye-jin, encarnando a una mujer
inicialmente con poca autoestima de la que es fácil abusar que evoluciona hasta ser una persona tenaz y valiente, decidida a revelar diez años de injusticia y machismo.
Tráiler (subtítulos en inglés)
Disponible en Netflix (también titulada “Pretty Noona 4 Who Buys Me Food”)
- La Hallyu (ola coreana) es un término que hace referencia al aumento de la popularidad a nivel global de la cultura contemporánea de Corea del Sur desde mediados de la década de 1990, impulsada por las exportaciones de música y series de televisión coreanas, inicialmente a países del Este y Sudeste Asiático y posteriormente extendiéndose a otros continentes. Para más información véase el vínculo ↩
- La medida más común de desarrollo económico es el PIB per cápita a paridad de poder adquisitivo. En 2021 este indicador alcanzó los 44,116 $ en Corea del Sur, frente a los 38,098 $ en España y los 41,937 $ en Italia. Fuente: The World Bank, World Development Indicators. ↩
- Para los cafeteros y golosos ↩
- En coreano noona es un término que usa un hombre joven para dirigirse a una mujer mayor que él, ya sea su hermana o su amiga. En general se considera que si una mujer mayor invita frecuentemente a comer a un hombre más joven que ella es porque se trata de una relación fraternal, pero en este caso el término se usa con ironía. ↩
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