Hubo un tiempo remoto en el que los avances tecnológicos no influían directamente en la producción cinematográfica o musical, una época donde primaba el talento del artista por encima de cualquier cuestión técnica o tecnológica. Por poner un ejemplo dentro del mundo del cine, el excelso clásico “El Séptimo Sello” de Ingmar Bergman está rodada en blanco y negro, no tiene efectos especiales (al menos por lo que se entienden en la actualidad) ni ningún otro añadido tecnológico del cine actual como puede ser la edición de imágenes con efectos digitales. Lo que hace grande a la película es un buen guion en el cual se desarrolla toda la cuestión filosófica que el film pretende transmitir al espectador, los planos ideados por Bergman para desarrollar el relato y la actuación del gran Max Von Sydow. Trazando un paralelismo con la música, esta no incluía el uso de tecnología digital ni efectos asociados a ella como puede ser el ignominioso autotune 1 o la grabación digital por pistas (una de las ventajas que aporta este modo de grabación es que cada músico graba su parte dentro de un tema de manera independiente, pudiendo en cualquier momento corregir cualquier error por minúsculo que sea). En resumen, la tecnología actual se utiliza en muchos casos para encubrir la falta de creatividad o de técnica de los intérpretes, restando protagonismo a estos en cualquier grabación. En esta entrada os vamos a presentar a una gran cantante (y lo de gran no va por el volumen de su cuerpo) de aquellos tiempos donde lo que realmente importaba era lo que el artista era capaz de realizar gracias a sus propias aptitudes.

Willie Mae Thornton nació en la localidad de Ariton en el estado de Alabama (aunque ella siempre afirmaría haber nacido en Montgomery, seguramente por ser más conocido que Arinton), el 11 de diciembre de 1926. Su padre fue pastor en la iglesia baptista y su madre cantante de gospel dentro de su congregación. Al igual que sus 6 hermanos y gracias a esto, Thornton pronto se involucraría en el mundo de la música cantando en el coro de gospel a muy temprana edad. No obstante, no tardaría mucho en abandonar el gospel para adentrarse en los caminos del blues. La senda que eligió Willie Mae no era la más propicia para ella, pues era una mujer negra de 180 kilos con aspecto masculino (vestía ropa de hombre dando lugar a dudas sobre su identidad sexual) intentando recorrer un sendero dominado por hombres. Aprendió de manera autodidacta a tocar la armónica fijándose en uno de sus hermanos. Reutilizaba las armónicas que su hermano desechaba una vez finalizada su vida útil, pero a ella le valían para ir dominando el instrumento poco a poco. Por si tenía poco con el aprendizaje de la armónica, también aprendió a tocar la batería por su cuenta.

Con 14 años abandonó el hogar materno para embarcarse en una gira con la banda Hot Harlem Revue de Sammy Green durante la década de los 40. Esta aventura le sirvió como aprendizaje, estando 7 años cantando y bailando a lo largo del suroeste de Estados Unidos y construyendo su propio carácter como artista de blues en contra del criterio de los promotores de los espectáculos donde participaba. Estos presentaban a Willie Mae como la nueva Bessie Smith pero ella iría en dirección contraria, ya que su estilo se orientaba más a una forma de cantar cruda como la de Memphis Minnie, blues cantado con el alma y a pleno pulmón donde no hay artificio posible, solo potencia de voz y rabia o, dicho de otra manera el blues más puro que se pueda hacer, siendo cercano al blues original surgido en las plantaciones de algodón de los estados sureños a finales del siglo XIX, cuando el blues era el lamento de los trabajadores afroamericanos en los vastos campos de Alabama o Misisipi.

En 1948 decide emprender su carrera en solitario, viendo agotada su etapa de espectáculos ambulantes y estableciéndose en Houston, donde introduciría su blues de raíces rurales en el blues tejano de postguerra 2. Se convertiría así en la única mujer que alcanzaría una posición predominante en el estilo, fusionando sus desgarradoras interpretaciones de raíz rural con un sonido eléctrico. A todo esto hay que sumarle que Thornton destacaría por su destreza como multiinstrumentalista, algo prácticamente inaudito en una cantante femenina 3, y también que era la autora de alguna de sus canciones. Sus actuaciones no pasarían inadvertidas para la industria musical local. Así el sello Peacock Records se haría eco de su creciente popularidad, lo que la llevó a firmar un contrato artístico con ellos en 1951. Este hecho la llevaría a compartir sello con artistas de la talla de Little Richard (considerado uno de los padres del rock and roll con temas como “Tutti Frutti”, “Good Golly Miss Molly” o “Long Tall Sally”). La primera grabación para Peacock Records sería el tema “Partnership Blues” junto con la banda del trompetista Joe Scott. En todo el tiempo que llevaba en Houston pudo depurar su estilo con la armónica gracias a la influencia de Junior Parker (este sería un maestro para los grandes armonicistas de la historia como Lightin’ Hopkins, Lowell Fulson o Clarence Gatemounth Brown). Prácticamente sin darse cuenta, en ese mismo año estaría actuando en el teatro Apollo de Nueva York (en el popular barrio de Harlem).

Una de las siguientes grabaciones para Peacock Records sería “They Call Me Big Mama” (incluida en el disco “Laugh, Laugh, Laugh”), donde se crearía el nombre artístico por el cual sería conocida (“Me llaman Big Mama / Porque peso 180 kilos / los puedo mover y menear / y puedo darte lo tuyo / alegrarte la mañana, si me llevas a casa contigo”). El grabar este tema era en realidad un regalo para dos entregados admiradores que, en un futuro no muy lejano, marcarían su carrera (y la un chaval nacido en Tupelo llamado Elvis Aaron Presley): Jerry Leiber y Mike Stoller, pareja de compositores blancos completamente enamorados de la música negra. Estuvieron siguiendo las actuaciones de Big Mama por la costa este, llegando a conseguir que incluyera en su repertorio algunas de sus composiciones. De estos temas se pueden extraer tres que definen a la perfección la personalidad de Willie Mae: la propia “They Call Me Big Mama”, “I Smell a Rat” (“Huelo a rata, cariño / Vienes tambaleándote por el pasillo / Dándote cabezazos contra la pared / Completamente borracho / Sé que has estado corriéndote una juerga / Huelo una rata, cariño”) y “Hound Dog”. Esta última sería convertida en uno de los estándares más famosos del rock. El tema versa sobre la historia de una mujer que, harta de ser chuleada por su amante, le echa de casa con la promesa de “no alimentarle nunca más”. Si esta canción fuese actual, hablaría sin duda sobre el empoderamiento de la mujer y no sería ninguna novedad pero, poniéndonos en contexto, a principios de la década de los 50 esto era una patada a los clásicos roles de género, más si cabe al ser cantado por una mujer negra (si había algo “peor” en aquella época que ser mujer era ser también negra). “Hound Dog” se haría mundialmente conocida por la versión que 3 años después realizaría Elvis Presley dándole la vuelta completamente a la letra. Mientras Presley disfrutaba de las mieles del éxito por “Hound Dog”, Big Mama se daría de bruces con la realidad del negocio musical dentro del rock, donde este canibalizaría blues clásicos para convertirlos en rock de manera que los propios autores de las originales no recibieran una justa recompensa por su trabajo 4. Thornton recibiría solamente la cantidad de 500 dólares aunque, de todas maneras, el periodo de la primera mitad de la década de los 50 sería de relativa bonanza para la cantante, ya que pasaría de ser telonera a cabeza de cartel en el teatro Apollo.

A partir de la segunda mitad de la década empezarían los problemas para Willie Mae. Por un lado empezaría a tener serios problemas con una adquirida adicción al alcohol y, por otro su estilo no casaría con la nueva moda musical, el rock and roll. Este tendría un público mayoritariamente juvenil, blanco y de clase media que no estaba interesado en la música negra, aunque paradójicamente el blues sea uno de los padres del rock and roll. Como le pasaría a infinidad de artistas de blues, entraría en una época de declive en favor del naciente rock and roll. Curiosamente en la siguiente década, gracias a las bandas británicas que descubrieron el maravilloso blues de los 50, resurgió con fuerza la popularidad de este. Bandas como The Rolling Stones, cuyos primeros discos eran básicamente reinterpretaciones de clásicos de blues (el propio nombre de la banda es una canción de Muddy Waters) o John Mayall & The Bluesbreakers5 llevaron al blues nuevamente a una popularidad pretérita, con la diferencia de que ellos lo auparon a un escalón más alto al hacerlo popular entre la gente blanca, ayudando a la universalización del estilo. Esta oleada de blues y rock británico trajo una segunda vida a los artistas americanos; en el caso de Big Mama, se traduciría en actuaciones como en el festival de Monterrey o recorriendo Europa (algo inaudito antes de los 60 que hubiera actuaciones de blues en el viejo continente) como integrante del Folk Blues Festival. En esta nueva etapa grabaría discos en directo con otros artistas del género, como por ejemplo el disco “In Europe” junto con la entonces revelación el guitarrista de Chicago Buddy Guy, o “Big Mama Thornton With The Muddy Water Band”, con el entonces recientemente convertido en leyenda Muddy Waters. Ambos discos son del año 1966.

Nuevamente el éxito le llegaría a través de una versión de unos de sus temas, pero en este caso se trataría de una composición propia. La banda Big Brother And The Holding Company publicaría en 1968 su segundo álbum “Cheap Thrills”, en el que estaría incluida una versión en directo del tema “Ball And Chain”. Posiblemente a la mayoría no les suene el nombre de la banda, pero seguramente si el nombre de la cantante (que la abandonaría para dedicarse a su, por desgracia, corta carrera en solitario): la inigualable Janis Joplin. El tema original fue publicado por Thornton en 1960, siendo la canción un lamento por un amor tormentoso y obsesivo. Nadie mejor por entonces para hacer una versión del tema que la propia Joplin, ya que contaba con un estilo muy próximo de cantar al de Big Mama, con esa forma tan desgarradora y sensual. La versión se extiende hasta 10 minutos de puro éxtasis musical, combinando la fuerte electrificación del tema con una guitarra con toneladas de distorsión y la voz rota y arrolladora de Janis (un tema que, al menos en mi caso, cada vez que lo escucho sigue poniéndome los pelos de punta y un nudo en la garganta como si fuera la primera vez que lo oyera). Si tuviera que explicarle a algún profano en cuanto al blues en qué consiste, esta versión, sería un buen ejemplo donde sobran las palabras dado que solo hay que abrir los oídos y disfrutar tanto de la letra como de la interpretación de la banda y de la propia Joplin. El éxito que tuvo Big Brother And The Holding Company con el tema volvió a poner en el candelero a la propia Big Mama, renovando el interés sobre su obra, hasta tal punto de que, en 1972 se embarcaría nuevamente en la gira del Folk Blues Festival, empezando el 2 de marzo en Alemania, pasando por Francia, Suiza, Austria, Italia, Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Finlandia y Suecia y finalizando la gira en Estocolmo el 27 del mismo mes. Al igual que la gira anterior de 1965, se ganaría el respeto de sus compañeros de viaje, entre los que se encontraban grandes figuras del blues como Eddie Boyd, Big Joe Williams, T-Bone Walker o Paul Lenart.

Ya en la década de los 70, su alcoholismo la empezaría a pasar factura. Casi moriría en un accidente de tráfico que le dejaría graves secuelas, aunque por fortuna se recuperó y participaría en 1973 en el festival de Jazz de Newport junto a Muddy Waters, B.B. King y Eddie “Cleanhead” Vinson. Esta actuación quedaría registrada en el disco “The Blues – A Real Summit Meeting” editado por Buddha Records. Sus últimos álbumes se grabarían en 1975, titulados “Jail” y “Sassy Mama” y editados por Vanguard Records. Algunas de las canciones que se registraron durante las sesiones de grabación de “Sassy Mama” que no fueron incluidas en el álbum fueron editadas posteriormente en el año 2000 en el disco “Big Mama Swings”. Por su parte, el disco “Jail” incluía grabaciones en directo de varias actuaciones de Big Mama en 2 centros penitenciarios del noroeste de Estados Unidos. Volvería a realizar una gira por Estados Unidos, donde el concierto más reseñable sería junto a la leyenda del boogie John Lee Hooker en Houston dentro del festival de blues Juneteeth. Para finales de los 70, participaría en el festival de blues de San Francisco y en 1980 nuevamente en el festival de jazz de Newport. Fue invitada para un especial en la emisora de televisión ABC, presentado por el actor Hal Holbrook donde se uniría a otra gran cantante (y nuevamente no me refiero a lo de gran por el volumen de su cuerpo), la legendaria Aretha Franklin. Fruto de esta unión cerrarían una serie de actuaciones por clubs en Estados Unidos.

En la nefasta década de los 80 (nefasta en cuanto al nivel musical general en muchos aspectos, aunque esto es otra historia que habría que tratar en otra entrada del blog) no tendría mucha más actividad musical, sobre todo debido a sus problemas constantes con el alcohol. Su adicción le provocaría problemas de corazón y de hígado, llegando a pasar de 204 kg de peso a 43. Fallecería el 25 de julio de 1984, siendo encontrada muerta en su residencia de Los Angeles. Para entonces se encontraba en la más absoluta de las miserias. Willie Mae dejaría un legado impresionante, siendo introducida en el Blues Hall Of Fame ese mismo año. “Ball And Chain” sería incluida en la lista del Rock And Roll Hall Of Fame como una de las 500 canciones que perfilaron el rock and roll. En 2004 se crearía la ONG Willie Mae Rock Camp for Girls, fundada para ofrecer educación musical a niñas desde los 8 a los 18 años. Y ya más recientemente, en el biopic de 2022 “Elvis” sobre la figura de Elvis Presley, aparecería Big Mama interpretada por Shonka Dukureh. Sin duda alguna, la figura de Big Mama es fundamental para entender el desarrollo del rock y del blues, aunque no tuviera la fama de la que otras muchas artistas gozaron en dicho desarrollo, como pueden ser Etta James o Janis Joplin por nombrar a las más conocidas.

Para finalizar esta entrada, os dejamos unos vínculos para que os animéis a descubrir a la “Gran Madre” del blues, Wille Mae Thornton. Os aseguramos que no os va a defraudar.

  1. Autotune es un procesador de audio que sirve para enmascarar inexactitudes o errores en una grabación, sobre todo en cuanto a la afinación. En la actualidad y sobre todo dentro del regetón y otras degeneraciones musicales modernas se hace abuso de él, permitiendo que cualquier indocumentado se permita el lujo de llamarse artista, ya que en la mayoría de casos hace que cualquiera sin saber tan siquiera vocalizar se gane la vida como presunto cantante. Existe otro uso del autotune como efecto de sonido similar a un vocoder, utilizado por cantantes que sí tienen cualidades para serlo, como puede ser Lady Gaga.
  2. Dentro del blues después de la II Guerra Mundial se pueden definir tres vertientes: Misispi o Delta, sobrenombre por la región del Delta del Misisipi (no confundir con el delta del rio Misisipi), Chicago y Texas. Cada uno de ellos cuenta con sus propias raíces y particularidades; por enumerar algunas de ellas, el Delta se caracteriza por el uso de slide (tubo originariamente de cristal que se desliza sobre las cuerdas, también llamado bottleneck ya que se empleaban cuellos de botella para ello) y fingerpicking (tocar la guitarra con los dedos de la mano derecha, donde se puede ejecutar de manera simultánea parte rítmica y melódica, dando sensación de que hay varias guitarras sonando). Otra característica del estilo Delta es que las canciones se basan en un solo acorde a lo largo de todo el tema. El blues texano tiene una clara influencia del swing), haciéndolo un estilo bailable. El blues de Chicago surge de la emigración de población de los estados sureños hacia el norte, heredando del estilo de Misisipi el uso básico de la guitarra y la armónica y fundiéndolo a su vez con guitarras eléctricas, batería y bajo. Como herencia del jazz, se emplean los acordes de novenas (en blues el acorde más característico es el de séptima), dándole un toque jazzero.
  3. En aquella época, las mujeres solo tenían dos posibles roles dentro de la música: eran cantantes o coristas. Era raro ver a una mujer que empleara un instrumento musical que no fuera su voz. Como mucho, utilizaban la guitarra como acompañamiento.
  4. El caso más sangrante de este tipo de situaciones es el de Willie Dixon, quien compuso innumerables temas de blues que fueron exitosos y que posteriormente fueron reinterpretados en modo de rock. Uno de los más llamativos es el de Led Zeppelin, quienes se basaron en el tema “You Need Love” (compuesto por Dixon junto a Muddy Waters en 1962) para crear su éxito “Whole Lotta Love” en 1969. No sería hasta 1985 y con juicio mediante que se resolviera a favor de Dixon, reconociendo su autoría y obligando a los británicos a incluirlo en los créditos del tema.
  5. John Mayall debería ser reconocido como el tío con mayor visión para los guitarristas talentosos. Por los Bluesbreakers pasaron Eric Clapton (Cream), Mick Taylor (The Rolling Stones) y Peter Green (Fleetwood Mac), tres de los nombres más importantes en cuanto a guitarristas de blues y rock de la historia. ¡El bueno de John merece un monumento en algún lugar privilegiado!

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