Habrá algunos lectores que crean haberse equivocado de sección del blog, pero no es el caso. La entrada de hoy está dedicada al k-drama “Good Doctor” (2013), no a su remake americano “The Good Doctor”, que va ya por su sexta temporada 1. Es bien sabida la costumbre americana de hacer remakes de películas y series asiáticas o europeas como, por ejemplo, “Abre los ojos” (1997, española), “Funny Games” (1997, austriaca), “The Ring” (1998, japonesa), “Dark Water” (2002, japonesa), “The Eye” (2002, hongkonesa), “Old Boy” (2003, surcoreana), “Déjame entrar” (2008, sueca) o “Millennium 1: los hombres que no amaban a las mujeres” (2009, sueca), entre otras muchas. Esta estrategia tiene un doble objetivo, cubrir la flagrante falta de creatividad de los guionistas de Hollywood –casi mejor que sigan en huelga- y, sobre todo, decidir invertir en proyectos que ya no parecen tan arriesgados: si al público europeo le maravilló la historia de amor y amistad entre una niña vampiro y un niño que sufre acoso escolar (narrada en “Déjame entrar”), probablemente le ocurra lo mismo al público americano, tras algún retoque para adaptar el producto al gusto del espectador yanqui.

“Good Doctor” (2013) es un conmovedor relato sobre superación personal y sobre como los seres humanos somos a menudo víctimas de estúpidos prejuicios, que no obstante podemos llegar a superar. La serie gira alrededor de Park Si-on (magistralmente interpretado por el actor Joo Won), un joven autista con síndrome de savant 2 que tiene una memoria prodigiosa y una capacidad inaudita para entender el espacio y visualizarlo en su mente (spatial intelligence). Abandonado de niño por sus padres tras perder a su hermano mayor en un trágico accidente, es tutelado por el director del mejor hospital de Seúl, que pronto descubre sus extraordinarias habilidades y lo apoya en su sueño: convertirse algún día en cirujano pediátrico. La historia nos lleva entonces al año 2013, donde su mentor consigue que Park Si-on trabaje como médico residente en dicho hospital durante un período de 6 meses para probar su valía. No obstante, debido a su condición, sus escasas habilidades sociales y su dificultad para manejar ciertas emociones, muchos médicos y pacientes recelan de él, incluyendo uno de los cirujanos jefe, el apuesto Kim Do-han (Joo Sang-wook), que considera que es básicamente un robot sin alma que depende exclusivamente de su memoria fotográfica, sin capacidad para comunicarse con los pacientes y entender sus verdaderas necesidades. En cambio, otros doctores más pacientes y comprensivos, entre los que destaca Cha Yoon-seo –papel magníficamente interpretado por la angelical Moon Chae-won (“Brilliant Legacy”, 2009; “Nice guy”, 2012; “Flower of Evil”, 2020)- descubrirán que detrás de esa apariencia infantil y frágil se esconde un ser humano cuyo mayor anhelo es poder salvar vidas y devolver la felicidad a niños enfermos.

La serie fue todo un éxito tanto de público como de crítica, teniendo la mayor cuota de pantalla de su franja horaria y recibiendo el premio al mejor show en los Baeksang Arts Awards (los más prestigiosos premios de la industria del entretenimiento de Corea), donde fue también nominada en otras dos categorías. Asimismo, recibió diversos reconocimientos por concienciar sobre el autismo y por mostrar como personas con esta enfermedad pueden, sin embargo, contribuir de manera importante a la sociedad. Desde entonces otras series – entre las que destaco las fabulosas “Extraordinary Attorney Woo” (2022) y “Move to Heaven” (2021)- han seguido este camino, pero “Good Doctor” (2013) –la original, no el remake protagonizado por un niño anglosajón de ojos azules- fue la primera, y por tanto una pequeña joya oculta que no podía faltar en este blog.

Tráiler 1 (subtítulos en inglés)

Tráiler 2 (subtítulos en inglés)

Disponible en Netflix y Rakuten Viki

  1. El gran éxito de la serie también propició un remake japonés y otro turco pero, debido al enorme poder económico de la industria audiovisual de Estados Unidos, es el remake americano el que ha gozado de una enorme popularidad, tanto como para que una sencilla búsqueda en Google de “Good Doctor” nos lleve directamente al remake americano, si bien este se llama “The Good Doctor” (parece ser que la gran aportación del remake americano fue añadir el artículo the al título original).
  2. Las personas con síndrome de savant, muchas veces autistas, tienen capacidades prodigiosas para la memorización, los cálculos matemáticos, la interpretación de mapas o la composición musical. El americano Kim Peek, el savant en el que se inspiró el personaje interpretado por Dustin Hoffman en “Rain Man” (1988), podía recordar el 98% de los 12.000 libros que leyó durante su vida, siendo capaz de leer a la vez dos páginas en ocho segundos (usando cada ojo para leer cada página) y tardando apenas una hora en memorizar un libro. También conocía de memoria todos los mapas de EEUU, pudiendo describir exactamente cómo llegar de una ciudad a otra explicando detalladamente qué calles tomar. No obstante, era una persona dependiente que por sí mismo apenas podía abrocharse la camisa. El británico Daniel Tammet es capaz de calcular los primeros 22,514 decimales del número pi en cinco horas y habla diez idiomas, incluido el islandés, que tardó en aprender una semana

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