The Perks of Being a Wallflower: una mirada inteligente y sensible al tránsito a la madurez

Hoy quería escribir sobre “The Perks of Being a Wallflower” (2012), película del género “coming-of-age” 1 dirigida por Stephen Chbosky, basada en la novela homónima del propio Chbosky y protagonizada por Logan Lerman, Ezra Miller y Emma Watson. La película fue un éxito tanto de público como de crítica, recibiendo diversos galardones, entre los que destacó el premio a la mejor ópera prima en los Independent Spirit Awards, probablemente el evento más importante del cine indie americano junto con el Festival de Cine de Sundance. Por una vez puedo presumir de también haberme leído el libro (en cosa de tres noches consecutivas) y he de admitir que Chbosky hizo un buen trabajo en su adaptación al cine, aunque tuvo que suavizar u omitir algunos de sus aspectos más controvertidos, dado que el abordar temas como el sexo entre adolescentes, la violación, las drogas o la salud mental provocaron que la novela fuera prohibida en algunos institutos de Estados Unidos. Por esta razón recomiendo ver primero la película y luego leer el libro porque, en orden inverso, es posible que uno sienta que la película se queda algo corta, a pesar de que el guion refleja bastante bien el espíritu de la novela.

Quizás lo único malo de la película es la horrenda traducción del título al castellano por parte de algún inepto: “Las ventajas de ser un marginado”. En inglés americano se usa la palabra “wallflower” para referirse a personas tímidas que no suelen participar en eventos sociales, pero no necesariamente marginadas o “bichos raros”. El origen del término es divertido: se llamaba “wallflowers” a los chicos que acudían a los bailes del instituto sin pareja, y que por tanto pasaban la noche sentados, teniendo solo detrás de ellos las paredes de la cancha de baloncesto, adornadas para la ocasión con papel pintado con motivos florales.

Y es que Charlie (Logan Lerman), el protagonista de esta historia ambientada a principios de los 90, es todo un “wallflower”: tímido, observador, extraordinariamente inteligente y un ávido lector. Pero también es psicológicamente inestable debido a dos traumas que ha sufrido. Por un lado, su tía Helen, que cuidaba de él y de sus hermanos cuando eran niños y que él describía como “su persona favorita en el mundo”, murió en Navidad en un accidente de coche cuando iba a comprarle su regalo de cumpleaños (el final de la película nos desvelará un sórdido secreto ligado a esa parte de su infancia). Por otro, su único amigo de la escuela primaria, Michael, se pegó un tiro sin dejar nota de suicidio o explicación alguna.

La historia comienza cuando Charlie entra al primer año de instituto y, como era de esperar, el primer día solo consigue hacer un amigo: el profesor de Literatura, que rápidamente se da cuenta de que Charlie está un nivel por encima del de sus compañeros y que, por tanto, no le va a bastar con leer “Matar a un ruiseñor”. Viendo el potencial del chico, y considerando que un día puede llegar a ser escritor, le ofrece prestarle libros más avanzados y que Charlie le escriba ensayos sobre los mismos, cosa que él acepta con gusto. Pero también se da cuenta de que Charlie es un “wallflower”, y le anima a participar y no solo observar, a exponerse y no intentar pasar desapercibido. Por suerte, la anónima vida escolar de Charlie cambia completamente cuando un día se anima a ir a ver un partido del equipo de fútbol
americano del instituto y conoce a dos chicos de último curso, Patrick (Ezra Miller) y Samantha / “Sam” (Emma Watson), que son hermanastros además de amigos íntimos. Patrick es un chaval guasón y abiertamente gay, que solo va a ver los partidos porque se acuesta en secreto con la estrella del equipo que, en condición de “macho alfa” que se presupone que ha de ser, no ha salido del armario ni pretende hacerlo. Sam, de la que se queda inmediatamente
prendado Charlie, es una chica guapa y encantadora pero con claros problemas de autoestima, que comenzó a beber y tener relaciones sexuales con hombres mayores demasiado joven. En quizás la mejor frase de la película, cuando Charlie le pregunta a su profesor/mentor por qué
semejante chica escoge siempre a los peores novios posibles, él le responde: “We accept the love we think we deserve”.

Desde entonces, Patrick y Sam “acogen” al novato Charlie y lo introducen en su grupo de amigos de último curso, con los que comenzará a tener sus primeras experiencias adolescentes (fiestas, drogas, chicas, etc.) mientras intercambian casetes con sus canciones preferidas (la banda sonora de la película recibió numerosos elogios 2) y, cada uno de ellos, lucha contra sus propios demonios. Todo narrado a través de las cartas que Charlie escribe a un amigo anónimo, el único con el que no guarda secretos, lo que le que le da un carácter más íntimo tanto a la película como a la novela. Y es que el observador Charlie, que poco a poco deja de ser un “wallflower”, quizás llegue algún día a ser un famoso escritor.

Se trata, por tanto, de una película que aborda el tránsito a la madurez desde una perspectiva inteligente y sensible, siendo esa su principal virtud, porque esa etapa de la vida es especialmente difícil para los inteligentes y sensibles. A ello se suman notables interpretaciones por parte de los tres actores protagonistas (dado que nunca he sido capaz de aguantar más de diez minutos de una película de la franquicia de Harry Potter, es la única vez que he visto actuar a Emma Watson) y un sólido guion, que en general consigue evitar los clichés del género y al que creo que hay “perdonarle” que sea algo menos crudo que la novela: el cine es, al fin y al cabo, tanto un arte como un negocio y las clasificaciones por edades cuentan mucho en Estados Unidos.

Tráiler (subtítulos en castellano)

Disponible en Amazon Prime Video y Filmin

 

 

  1. El género “coming-of-age” se centra en el tránsito a la madurez de uno o varios personajes, así como su crecimiento personal. Algunos ejemplos en la literatura y en el cine son la Telemaquia en la Odisea de Homero (siglo VIII A.C.), el “El guardián entre el centeno” (1951) de J. D. Salinger, “Boyhood” (2014) de Richard Linklater y “Winter’s Bone” (2010) de Debra Granik.
  2. La lista de las canciones que componen la banda sonora pueden encontrarse en el siguiente vínculo

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