Pequeñas Joyas Ocultas

Todo un hito en su momento, este k-drama que combina comedia romántica y fantasía con crítica social y toques de melodrama envejece como los buenos vinos. Protagonizada por Ha Ji-won y Hyun Bin (“Crash Landing on You” (2019-2020)), dos grandes estrellas Hallyu ¹, la serie tuvo un enorme impacto económico (unos 20,000 millones de won²), puesto que marcó tendencias en moda, su banda sonora alcanzó las primeras posiciones de las listas musicales de diversos países y se lanzó una aplicación móvil basada en la serie, que obtuvo sesenta mil descargas, todo esto cuando aún estaba al aire ³. Así mismo, recibió numerosos premios, entre ellos cuatro Baeksang Arts Awards (los más prestigiosos premios de la industria del entretenimiento de Corea) a la mejor serie, al mejor guion, a la mejor actriz revelación y el gran premio del jurado para Hyun Bin. Hay quien la considera la versión moderna de Cenicienta, dado que el príncipe es guapo y rico, pero bastante imperfecto, y Cenicienta es pobre pero no le falta orgullo ni carácter. Aun así, los guionistas surcoreanos suelen ser bastante más ingeniosos que los de Disney, por lo que el elemento fantástico que incorporaron a la trama la hizo mucho más cómica y a la vez mucho más exigente para los actores protagonistas.

La historia gira alrededor de dos personajes protagonistas. Uno es Kim Joo-won, un guapo y arrogante CEO de unos grandes almacenes que proviene de una familia muy rica y que padece claustrofobia tras un traumático accidente que no puede recordar. Dado que es el heredero del imperio familiar, su madre no para de concertarle citas con mujeres hermosas ⁴, de familia pudiente y que han estudiado en el extranjero, pero Joo-won no se siente atraído por ninguna de ellas. La otra es Gil Ra-im, huérfana desde adolescente tras la muerte de su padre, bombero, y que trabaja como doble de cine y es especialista en escenas de acción. Su vida es diametralmente opuesta a la de Joo-won, puesto que su trabajo solo le permite vivir alquilada en una pequeña y vieja casa –que comparte con su mejor amiga- en un mal barrio de Seúl y apenas tiene dinero para comprar nueva ropa. Pero un día Joo-won y Gil Ra-im se conocen por pura casualidad, y Joo-won se queda prendado de ella tras ver algunas de sus escenas de acción. Desde ese momento Joo-won no puede parar de pensar en ella, sin saber por qué (cosa que no se desvelará hasta el final de la serie), dado que puede casarse con cualquier mujer hermosa y sofisticada, mientras que Ra-im no es especialmente guapa, vive en un barrio pobre, es huérfana y su forma de hablar y actuar no son elegantes sino más bien rudos. Tras unos principios titubeantes en los que las diferencias de clase social generan numerosos malentendidos a pesar de la fuerte atracción física, todo cambia cuando beben sin saberlo una poción mágica, que provoca que sus cuerpos se intercambien cada vez que llueve: ahora Joo-won estará atrapado en el cuerpo de una mujer, Ra-im, y Ra-im estará atrapada en el cuerpo de un hombre, Joo-won. Para poder continuar con sus vidas sin que nadie sospeche, Joo-won y Ra-im tienen que intercambiar mucha información, y eso les va poco a poco uniendo, principalmente por empatía: por algo se dice “ponerse en la piel del otro.” Una vez que ya comienza el romance, surge un obstáculo adicional y muy importante: la madre de Joo-won desaprueba completamente la relación, dado que para ella Ra-im es poco más que un perro vagabundo, por lo que hará todo lo que esté en sus manos para que dejen de verse. Por último, si bien no voy a desvelar el final de la historia, aviso a los más acérrimos fans de los k-dramas de que no se pierdan el cameo de Son Ye-jin, otra de las grandes estrellas Hallyu y justamente casada con Hyun Bin, haciendo de sí misma en el último episodio de la serie.

Tráiler (subtítulos en inglés)

Disponible en Netflix.