Romance y melodrama se conjugan con luchas de poder y corrupción en este k-drama protagonizado por una de las actrices más renombradas de Corea del Sur, Song Hye-kyo (“Full House” (2004), “That Winter, the Wind Blows” (2013), “Descendants of the Sun” (2016) y la estremecedora “The Glory” (2022), entre otras series) y el guapo Park Bo-gum 1 Además de la encantadora pero difícil historia de amor entre dos personas que provienen de mundos diametralmente distintos, la serie muestra los fuertes y a menudo fraudulentos vínculos entre las familias dueñas de los poderosos conglomerados industriales surcoreanos (chaebol 2 ) y las élites políticas.
La historia comienza cuando los caminos de Cha Soo-hyun (Song Hye-kyo) y Kim Jin-hyuk (Park Bo-gum) se cruzan de manera fortuita, en un claro guiño a la inolvidable “Vacaciones en Roma” (1953), protagonizada por Audrey Hepburn y Gregory Peck. Pero, como ya he comentado, sus vidas no podrían ser más distintas. Cha Soo hyun (unos 37 años) es la hija de un alto cargo político que aspira a ser algún día el presidente de Corea. Pero, para ello, él y su mujer hicieron un pacto con el diablo: casar a su hija con el heredero de un poderoso chaebol propiedad de una rica e influyente familia, para luego divorciarse tras hacerse pública la infidelidad de su marido. Como compensación tras el divorcio, Soo-hyun recibió un gran hotel, del que es dueña y directora ejecutiva (CEO). No obstante, su exsuegra impuso como condición para el divorcio que Soo-hyun tenía que seguir asistiendo a los eventos sociales de su antigua familia política hasta que su exmarido volviera a casarse. Se trata, por tanto, de una persona que lleva una existencia miserable a pesar de toda su riqueza, porque nunca ha sido dueña de su propia vida y ha de evitar a los paparazzi en todo momento, dado que la menor indiscreción aparecerá en los tabloides y los foros de internet.
Pero todo cambia cuando, en un viaje de negocios para abrir un nuevo hotel en La Habana, Soo-hyun conoce por casualidad al joven Kim Jin-hyuk, que ha decidido viajar de mochilero poco antes de llegar a la treintena. Jin hyuk es un chico apuesto y siempre sonriente, aficionado a la fotografía y a la poesía y cuya familia es dueña de una modesta frutería (es divertido el momento en el que, dado que Soo-hyun no quiere decirle su nombre para no revelar su identidad, Jin-hyuk dice “pues yo tampoco te diré el mío, simplemente llámame frutero”). Si bien Jin-hyuk proviene de una familia humilde, siempre ha recibido lo que Soo- hyun nunca ha tenido: cariño y libertad. Allí en La Habana pasarán una noche inolvidable -simplemente como amigos, debido al carácter cauto y recatado de Soo-hyun y a que Jin-hyuk es un joven y respetuoso caballero- en la que Soo-hyun esbozará sus primeras sonrisas (la enorme evolución personal del personaje a lo largo de la serie resulta verosímil gracias a la soberbia actuación de Song Hye-kyo) y se despedirán de forma cordial.
Pero sus vidas vuelven a cruzarse, ya en Corea, cuando Jin-hyuk es contratado para trabajar en el hotel propiedad de Soo-hyun y, para su sorpresa, descubre su identidad (no la reconoció en la Habana porque lee muchos libros, pero nunca tabloides). Allí, debido a la fuerte atracción mutua, comenzarán una relación extremadamente difícil por las luchas de poder entre la familia de Soo-hyun y su antigua familia política y porque muchos creerán que Jin-hyuk ha conseguido entrar en una gran corporación gracias a seducir a su directora ejecutiva (los rumores y la envidia son algo intrínseco al ser humano y a sus sociedades, ya sea la coreana o la española). Si bien Soo-hyun descubre, por primera vez en su vida, el amor y la felicidad de las pequeñas cosas (un paseo por la naturaleza, una comida familiar, un libro de poesía 3) su vida y comportamiento están siempre en el ojo público, y cualquier escándalo puede arruinar la carrera política de su padre. Por su parte, la humilde familia de Jin-hyuk ha disfrutado, hasta entonces, del anonimato y de la libertad que lleva aparejada, por lo que pueden no saber manejar las noticias sobre su hijo publicadas en medios sensacionalistas y los chismes que circulen por Internet. Se trata, por tanto, de dos personas que tienen mucho que ganar, pero también mucho que perder, a pesar de que únicamente se quieren por lo que son, independientemente de sus orígenes y su posición social.
En resumen, “Encounter” (2018-2019) es un k-drama que merece ser visto por su cuidada estética y bella fotografía, un guion bien elaborado con frases de calidad casi literaria y, como no, por el trabajo de ese monstruo de la interpretación que es la actriz Song Hye-kyo, capaz de transmitir una determinada emoción con un leve movimiento facial o simplemente una mirada.
Tráiler (subtítulos en inglés)
Tráiler (subtítulos en castellano)
Disponible en Netflix y Rakuten Viki
- Lo único que no me gusta de la serie es su título en inglés. El título original en coreano, Namja chingu (novio), refleja mucho mejor su espíritu, como entenderá el espectador que la disfrute. ↩
- Los chaebol son grandes conglomerados empresariales con presencia en distintos sectores económicos, tales como la industria, la siderurgia, la tecnología y la construcción, que comenzaron a desarrollarse en Corea del Sur en la segunda mitad del siglo XX, principalmente bajo la dictadura de Park Chung Hee (1961-1979). A diferencia del keiretsu japonés, cuya propiedad reside en gestores e inversores, en el chaebol la ostentan las familias fundadoras. Algunos ejemplos de chaebol son Samsung, Hyundai, LG, Lotte y SK Group. Los surcoreanos suelen bromear que es más poderoso el presidente de Samsung que el presidente de su país. Para más información sobre los chaebol pueden consultarse los siguientes enlaces, el primero (en castellano) más ligero y el segundo (en inglés) más técnico ↩
- Especialmente hermoso es el poema “In the evening” (1969) de Kim Kwang Seob cuyo final citan en la serie: “Where, in What Form, Shall We Meet Again?” ↩
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