Para esta nueva entrada vamos a variar un poco el formato habitual, ya que no vamos a hablar de un artista o banda en particular, sino de un disco recopilatorio. Tampoco es el típico recopilatorio que todo el mundo conoce o, en otras palabras, los clásicos grandes éxitos del autor de turno. Hace unas semanas realicé una de mis periódicas visitas a mi tienda predilecta de discos. La verdad es que siempre que voy suelo llevarme álbumes por recomendación del dependiente de la tienda1, pero esta vez fue muy especial. El dependiente fue a por un disco y, como siempre hace, me preguntó si lo conocía, a lo que mi respuesta fue que no. Una vez tenía el LP en la mano, me di cuenta de tres cosas: se trata de un recopilatorio de varios artistas, parece de gospel y el título del disco es “Go Devil Go!”. Me resultó cuanto menos curioso que un disco de gospel tuviera ese título, y mayor fue mi sorpresa cuando vi los nombres de algunos temas, claramente relacionados con el diablo. Pregunté al dependiente sobre de qué iba aquello y me respondió un rotundo y contradictorio “gospel satánico”, y acto seguido puso uno de los temas del disco. Mi asombro fue mayúsculo nada más escuchar los 10 primeros segundos, ya que lo que sonaba no era el típico gospel que uno espera (un coro de numerosas voces con una voz solista, acompañado todo esto de una banda), sino un dúo de dos cantantes (masculino y femenino) con una guitarra eléctrica con bastante reverb. El gospel normalmente suele estar caracterizado por ser una música alegre con alabanzas a dios. Lo que escuché era justo lo contrario: una música densa a pesar de ser únicamente una guitarra y dos voces, y una melodía más bien triste2. Después de estar toda la tarde de charla sobre frikismo musical, me volví a casa con el disco, y en cuanto llegué lo escuché entero, y me pareció digno de tener una entrada en este blog porque es una pequeña joya oculta.

El título completo del disco es “Go Devil Go! Raw Rare Otherwordly African American Gospel 1944-1976 Music Collection”. Esta editado por Jerome Records3 (otra cosa nueva que descubrí, ya que no conocía el sello) en 2014. Como reza el título consta de 12 temas (6 por cada cara del vinilo) de música de raíz afroamericana raros y en crudo (que no ha pasado por demasiado maquillaje de estudio). Es una maravilla poder escuchar música tan antigua sin retocar, sobre todo los temas más antiguos. A lo largo de la escucha del disco se puede apreciar el paso del tiempo (las primeras canciones de 1944 a la última de 1976) tanto en las composiciones y el formato de los artistas como en la calidad de grabación. Puedes pasar de un alegre gospel con su formato habitual a canciones como la que escuché en la tienda y, a pesar de eso, mantienen un sentimiento común. En el tema “Don’t Let Him Ride” a cargo de Mississippi Nightingale se puede apreciar una fusión entre gospel y un blues rudimentario que seguramente no defraudará a los aficionados a estos géneros. La canción consiste en una voz femenina junto a unas voces acompañantes y una guitarra eléctrica haciendo una estructura típica de blues del Delta. También aparecen ritmos y armonías de rock and roll, en concreto en el tema “Holy Rock” interpretado por el Reverendo Billy H. Grady. Se trata de un tema con ritmo animado, con una única guitarra y la voz del reverendo, evocando a los clásicos patrones del rock and roll pero con una letra con motivos religiosos, todo lo contrario a lo que sería cualquier canción de rock de los 504. Hay canciones que tienen algo que es prácticamente mágico en una grabación, que es encontrar imperfecciones. La mayoría de los discos no suelen contar con este tipo de fenómenos y suena todo tan perfecto que acaba sonando frío (un mal muy extendido desde finales de los 90 en cuanto a producción musical). Hay grandes discos de la historia que tienen fallos o imperfecciones, aunque a veces cuesta encontrarlas. Por citar uno de estos temas, en “Since I’ve Been Loving You” del disco Led Zeppelin III (para mí, su mejor álbum) se puede apreciar en toda la canción el chirrido del muelle del pedal del bombo que hace que vaya hacia delante y atrás. Cosas así hacen que un tema suene más orgánico y vivo. Volviendo a “Go Devil Go!”, en el tema “The Wicked Shall Case” por parte de Nathaniel Rivers, se puede apreciar una tos del cantante al finalizar una frase cantada justo antes de cambiar de registro vocal. Algo así sería impensable en un disco relativamente moderno. No es la única imperfección en el disco, dado que en el tema “Get Back Satan” a cargo del Reverendo Roger L. Worthy y su Hermana Bonni Woodstock aparece nuevamente la magia (este fue el tema que escuché en la tienda cuando compré el disco). El tema es un blues cantado a dos voces, con una guitarra eléctrica enchufada seguramente a un Fender Twin Reverb5, ya que tiene el trémolo6 y la reverb tan reconocible de ese amplificador. El defecto que tiene es que, en determinados momentos, se producen golpes muy fuertes a las cuerdas que, junto al nivel alto de reverb, se produce algo como un chasquido en el sonido de la guitarra.

En resumen, es una recopilación muy recomendable de escuchar porque tiene temas realmente originales. Para los que no estén familiarizados con esta clase de música es una buena manera de introducirse en ella. Os dejamos un vínculo con el disco completo. En los detalles del vídeo está la lista de canciones del álbum, así como los vínculos a cada tema. ¡Espero que lo disfrutéis tanto (o más) que yo!

1Siempre recomiendo que si eres uno de los pocos locos que quedamos que compramos música en formato físico lo hagas en tiendas especializadas. En ellas encontrarás cosas raras de conseguir o directamente música que no sabías de su existencia. Si además los que regentan el negocio son gente que tienen pasión por la música puedes llegar a pasar una tarde tranquilamente hablando sobre ella. No soy muy partidario de comprar música en grandes superficies (aunque a veces es inevitable), puesto que normalmente los que se ocupan de la sección de música no suelen saber demasiado del tema y todo se basa en una mera transacción comercial. Por el contrario, al comprar en tiendas especializadas muchas veces se producen intercambios culturales que al final acaban por abrirte nuevos horizontes.

2Normalmente la alegría o tristeza de un tema se obtiene a través de los acordes de una canción. Los acordes mayores suelen ser alegres mientras que los menores lo contrario. Como mejor ejemplo de esto último tenemos el disco de Radiohead “O.K. Computer”, un disco que no es recomendable escuchar en bajos estados de ánimo porque llega a empeorar las cosas.

3Jerome Records es un sello discográfico español especializado en música negra de los 50-60. En su catálogo tiene grabaciones clásicas de rock & roll, surf, soul, garaje. Merece la pena echarle un ojo si te gustan estos géneros.

4 Mucha gente se lleva las manos a la cabeza con determinadas letras de reguetón (entre los que me suelo incluir) pero en el rock & roll de los 50 y 60 no se quedaban cortos tampoco. Muchas de estas letras tenían una alta connotación sexual. Esto resulta curioso ya que el rock en los 50 era una música consumida sobre todo por jóvenes blancos en Estados Unidos, mientras que sus adultos criticaban la música negra por su mensaje sexual y la actitud indecorosa de los cantantes, sobre todo encima de un escenario.

5 El Fender Twin Reverb es uno de los modelos más famosos de Fender. Dependiendo del año de fabricación su potencia varía entre 85 y 180 watts. A pesar de ser un amplificador de mucha potencia (más de 30 watts puede ser excesivo para según qué estilo musical) mantiene el sonido limpio, convirtiéndolo en un amplificador todoterreno.

6 El trémolo es un efecto sonoro que cualquiera de vosotros podéis probar para saber en qué consiste: escuchad música y, con las palmas de las manos, taparos y destaparos los oídos. Mientras más rápido lo hagáis más reconocible es el efecto.

Deja un comentario

ULTIMAS ENTRADAS

A %d blogueros les gusta esto: